La lucha contra la anorexia desde las instituciones está en punto muerto. Así lo ha denunciado esta mañana la plataforma Motivos para dar la talla en el Congreso. La apreciación ha sido recogida por CiU, que ha llevado la reactivación de esta lucha a una proposición no de ley.
Aquella batalla tuvo su auge entre 2006 y 2008. Aunque ya en 1999 el Senado hizo un intensivo trabajo al respecto, y como consecuencia de él, el Ministerio de Sanidad hizo un famoso estudio antropométrico. Fue el que concluyó que las mujeres españolas tenían tres tipos de cuerpo: campana, cilindro o diábolo. Aquel estudio, que presentó el entonces ministro de Sanidad, Bernat Soria, tenía como objetivo reformular el sistema de tallaje de la ropa, que estaba en vigor desde 1972.
En la misma línea se acordó limitar el peso de las modelos de la pasarela (en verdad se fijaba un índice de masa corporal mínimo), y luchar contra las webs que promueven los trastornos alimentarios entre adolescentes.
Pero aquellas buenas intenciones se quedaron en eso, y el último informe de la Agencia de Calidad de Internet de la Generalitat catalana ha detectado que desde 2006 estas webs han aumentado un 470%. Y Marga Serra, de la plataforma, afirma que "siguen desfilando modelos que no cumplen los mínimos". Y es un problema internacional. De hecho, ella creó la web después de que la diseñadora Elena Miró fuera despedida de la pasarela de Milán por pretender mostrar modelos de talla grande.
Para esta experta en salud -que, junto a la profesora de publicidad Monika Jiménez, impulsó el movimiento en Facebook- "los desfiles tienen más influencia que los anuncios". Las adolescentes -mayoría entre las 500.000 víctimas de estos trastornos que hay en España- "quieren vivir el sueño de los desfiles. Se alimentan de ellos, y dejan la comida", afirma Serra.
La investigadora cree que si sigue el incumplimiento de las recomendaciones de hace cinco años, "habría que penalizar". "Los desfiles con modelos especialmente delgadas deben prohibirse. Queremos que en la pasarela haya gente de todas las tallas, que sean un reflejo del mundo real", afirma.
La inquietud de la plataforma ha sido recogida por CiU. El diputado Carles Campuzano, portavoz de Política Social de la coalición, no quiso ir tan lejos como Serra respecto a las sanciones. "Si tuviera que destacar algo, sería la creación de una mesa de diálogo de todos los implicados". Para Campuzano, esta propuesta es la más factible, ya que otras figuras (como un observatorio) pueden necesitar un presupuesto, "y no es el momento". El propio diputado admite que en la PNL que se va a aprobar hoy no hay mucha novedad, porque, sorbe el papel, las medidas (reforzar la lucha en Internet, unificar tallas) ya estaban. "Lo que pasa es que en el Congreso somos expertos en aprobar iniciativas, pero no somos tan buenos en hacer el seguimiento", dice. Serra coincide: "Hay que reactivarlas".
**Publicado en "EL PAIS"
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